Cuantas veces he tratado de contar esta historia? Sin pensar que la otra parte ya la intuye...
Me acuerdo que compre el disco solo porque tocaba la batería Alfonso Andre. Baterista de esa banda que en algún momento a todos nos hizo sentir identificados bajo una música libre y diferente, solía ser fan de caifanes y muy especialmente del baterista greñudo, punk, darkie de camisas extrañas y piernas largas. Acostumbraba tener pensamientos impuros sobre el e imaginarme cosas, me fascinaba verlo en las entrevistas, respondiendo cualquier disparate a Verónica Castro o Gloria Calzada, cualquier conductora con pelos llenos de aqua net.
Ok. Tenia un atracción adolescente por el, una que años mas tarde terminaría siendo un cariño y una admiración profunda. Por razones que algún día explicaré.
Lo compre y llegue a mi casa, hasta la noche lo escuche, aun recuerdo el techo de mi cuarto, porque era lo único que veía tirada ahí sobre la cama. Pensando y tratando de entender que era aquello. Mi primer canción favorita en ese momento? No recuerdo, solo recuerdo que escuche el disco una y otra vez, especialmente el síndrome.
En mi gustos personales sobre música, sobre la vida en general, todo cambio a partir de ahí, era lo que mucho tiempo había estado buscando, no concientemente; quién sabe; no en forma habitual, pero de pronto estaba ahí metiendose por mis oídos, para cambiar mi vida completamente, lo entreveía en ese momento, no razonadamente, pero la fragilidad de toda mi vida se escapaba para quedarse quieta reconociendo terreno.
The real life Start.
