Después de algún tiempo de no escuchar a La Barranca, del ajetreo del odio fonky, de unas vacaciones divertidísimas y un par de viajes de fin de semana, hoy es sábado y mis amigos están preparándose para irse a meter a una alberca que en este punto debe ser mas bien caldo de niños con el calor que ha estado haciendo; subiendo un post viejo al otro blog, pensando en 200 cosas y refugiándome en lo que mas me gusta, en algo que ninguno de los que esta atareado buscando cervezas y toallas anaranjados entiende, hoy en medio del desierto, metida en una cueva donde hace 6000 años nuestros antepasados figuraban el mundo que los rodeaba, el sol, la luna, un hombre con piernas a modo de raíces y las estrellas, tal vez Orión?
Me arme de valor, porque se necesita agarrar valor para enfrentarse con nuestros demonios y justo en este momento me viene a la cabeza Lu, i & Claudia, las tres por diferentes razones y las mismas, en realidad no tengo idea.
Me arme de valor, encendí mi ipod me acosté en la cueva de los solecitos a ver la estructura superior y puse Jardín del Tiempo. Esa canción donde se escuchan murmullos, me parecía que de pronto todo tomaba un sentido insospechado, que aunque mis raices étnicas no estaban ahí, algo me unía profundamente con aquel lugar y con aquella música, que mi mundo es tan pequeño que una canción y unas pinturas podían colmarme a tal punto que todo en esta vida y en ese punto era probable, como el Aleph, como el Estallido Interno como todo lo que uno desea en la vida y de pronto sentí rodar las lagrimas hacia mis oidos. Como un orgasmo pero sin todo el ajetreo y el temblorcito. Percatarme de lo que mis brazos y mis piernas podían sentir, el viento sobretodo y las piedritas, una caricia y un movimiento insignificante tomaban una importancia eterna. Ninguna lamentación cupo en aquella cueva, solo los colores ocres y yo.
Todos y yo, todos los que han pasado por mi vida, los que están y me han hecho ser lo que soy, las cosas que no podemos decir y alguien mas las dice o canta, la carga de conciencia colectiva que le hemos adjudicado a La Barranca, de lazo invisible y general.
En este momento con mas calma, pensaba todo lo que se desato hace ya que? Ya perdí la cuenta, la cantidad de cosas que han pasado. Y mejor cierro aquí para irme a a remojar... Esto no es el Crowne pero también hay gente que quiero mucho.
Me arme de valor, porque se necesita agarrar valor para enfrentarse con nuestros demonios y justo en este momento me viene a la cabeza Lu, i & Claudia, las tres por diferentes razones y las mismas, en realidad no tengo idea.
Me arme de valor, encendí mi ipod me acosté en la cueva de los solecitos a ver la estructura superior y puse Jardín del Tiempo. Esa canción donde se escuchan murmullos, me parecía que de pronto todo tomaba un sentido insospechado, que aunque mis raices étnicas no estaban ahí, algo me unía profundamente con aquel lugar y con aquella música, que mi mundo es tan pequeño que una canción y unas pinturas podían colmarme a tal punto que todo en esta vida y en ese punto era probable, como el Aleph, como el Estallido Interno como todo lo que uno desea en la vida y de pronto sentí rodar las lagrimas hacia mis oidos. Como un orgasmo pero sin todo el ajetreo y el temblorcito. Percatarme de lo que mis brazos y mis piernas podían sentir, el viento sobretodo y las piedritas, una caricia y un movimiento insignificante tomaban una importancia eterna. Ninguna lamentación cupo en aquella cueva, solo los colores ocres y yo.
Todos y yo, todos los que han pasado por mi vida, los que están y me han hecho ser lo que soy, las cosas que no podemos decir y alguien mas las dice o canta, la carga de conciencia colectiva que le hemos adjudicado a La Barranca, de lazo invisible y general.
En este momento con mas calma, pensaba todo lo que se desato hace ya que? Ya perdí la cuenta, la cantidad de cosas que han pasado. Y mejor cierro aquí para irme a a remojar... Esto no es el Crowne pero también hay gente que quiero mucho.
