En ese verano había quedado fuera de la universidad, mi semestre de tirar hueva y tomar clases de pintura, algo que venia postergando desde la prepa, recuerdo que era una niña que se la pasaba leyendo, creo que leí todo Stephen King y Julio Verne, me encantaba toda la fantasía y el terror posible. Todavía ,creo... Eso fue los últimos semestres de prepa. Tengo la sensación como si fuera ayer, descubrí el disco casi por casualidad, mi hermano lo compra porque tocaba Alfonso Andre, siempre ha sido un gran fan de Caifanes y hoy Jaguares. Perdí las cuenta de cuantas veces escuche el disco esa noche, hasta que el sueño me venció. No se que paso en medio, muchas noches los primeros semestres de la carrera me desvele escuchando el Fuego de la noche y el Arca de Neon, un programa legendario aquí en Tijuana. Recuerdo a José Manuel como si fuera un sueño, en aquel concierto que dieron antes de que se desatara lo de Saúl. Mis recuerdos son vagos, recuerdo tantas pequeñas cosas... Recuerdo en un viaje al d.f. haber subido la pirámide del sol y con la lengua de fuera poner el tempestad en mi cd player y ver como mis compañeros me abandonaban, mientras yo me sentaba a ver el mundo, a planear como crecer, a concebir que hacer con toda esta vida que llegaba a caudales, especialmente recuerdo mi tristeza, esta tristeza que ronda hoy. Esa vez, cuando llegamos al d.f. esa noche había una presentación de Tempestad en el Hard rock. Era tan inocente, tan verde, tan idealista. Que ni siquiera contemple la posibilidad de haberlos ido a ver sola.

Esa misma sensación tengo de las villas donde nos hospedamos en Cuba, los trayectos en un camioncito de esos de los 50’s escuchar el equilibrio, el fuego y tempestad, comer moros con cristianos sentada en esas especies de fonditas en las casas, esperando ansiosa una caminata por el malecón, sentada en la Plaza de la Revolucion, creo que ahi la nostalgia es eterna como noche, Hay una tristeza tan arraigada..... Porque no tenia mas, no existía otra razón, porque era yo sola contra todo, porque nadie entendía que quería sacar de esas canciones que una y otra vez sonaban en mi cabeza, recuerdo caminar buscando comida en esas calles y llevar su música conmigo, ser feliz, añorar algo que hasta esta hora no se que es. Esa misma sensación tengo en este momento, que son casi las 11 de la noche. Tener esperanza?
Hay tantos recuerdos que se acompañan de esta música, cientos de veces que crucé la línea hacia san diego, que es imposible enumerarlos aquí, me veo hacia atrás y soy una mujer completamente diferente, una mujer que encontró gente que piensa y siente lo mismo, una mujer afortunada de saber que no esta loca por imaginar lo inimaginable, por soñar con lo imposible, una mujer que ama a Borges, un viejito ciego que se murió, igual que ama a sus amigos, una mujer que esta a dos tragos de ponerse ebria. Una mujer que no le importa llorar por los hombres que ama y de los que no es dueña. Que esta en un lugar seguro porque esta oyendo lo mas placentero del soundtrack de su vida. Y que esta llorando sin saber a ciencia cierta porque.
Yo se que la felicidad no es continua, es algo que muchas veces hemos hablado Claudia y yo, pero esta noche me hace falta. Pero esta noche hay mucha nostalgia, mucha tristeza, poca certeza de lo que viene y una lluvia que se ha desatado en el momento menos esperado.

Eso pensaba anoche, hoy ya ni se.