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La Barranca

Una Historia Comun 

4.30.2007

1:25 p.m. - Zona de confianza

te quiero cuando voy a desprenderme
y la soledad me aplasta más que la gravedad
contra el sonido constante del avión
que a veces se hace irregular
para que tiemble el abismo
no el abismo del aire sino
en su vertiginosa y profunda caída en el tiempo.
porque las noches son lagunas
en las que me asomo bocabajo
en un espejo cóncavo
en estos países donde los hombres
son malos y buenos –como dicen los niños-y uno no sabe quién es
porque en ninguno puede reconocerse.
es un terror el mundo sin límite de mi cabeza
sin un lugar exacto para descansar
con los ojos cerrados
la tranquilidad de su paisaje.
te quiero para no pensar en la muerte
y sólo sea ésta una sucesión en el espacio
las pequeñas fugas de la luz.
para no creer en la soledad de la tierra
como una nave oscura vagando por lugares desiertos
porque si uno piensa en la muerte es porque cree en el olvido
y nunca voy a saber quién soy
si dejo la eternidad de los espejos
te quiero para romper las ruinas circulares
de los días extraños
y sentir que tus ojos están en todas partes
esperándome esperándome
porque uno se inventa unos ojos y apareces:
yo he visto tus ojos en las hormigas
en una gota de lluvia y en el silencio
tus ojos y mis ojos son una coordenada
del triángulo de la muerte
delatan la oscuridadel pozo negro donde caigo
en una trampa de musgo
y no puede ser casual esta corrupción de la mirada.
te quiero porque fuera de aquí
la existencia no tiene misterios
y lo inesperado está sólo en lo poseído.

Reina Maria Rodríguez



Quiero a mucha gente y la quiero de formas extrañas quizá,

a veces no lo digo, casi nunca,
la mitad de esa gente quiere esto
y nos encontramos por esto,
casi nunca lo digo,
solía decirlo mucho,
hoy es un buen día para gritarlo.





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4.18.2007

8:56 a.m. - El origen de La Barranca


Había algo de caravana, algo de circo y también algo de expedición en el hecho de cargar todos nuestros instrumentos en una combi para ir a Guadalajara a grabar un disco en la Semana Santa de 1995.
La empresa era independiente, por supuesto, y por ello había un montón de incertidumbres. Lo que sí sabíamos era que disponíamos de cuatro días para grabarlo; y que teníamos la música para hacerlo.
Federico Fong y yo habíamos acumulado ya suficientes canciones como para hacer un disco.
Llevábamos varios meses juntándonos en mi departamento o en uno que él rentaba en Coyoacán para hacer demos casi a diario, de manera obsesiva.
Nuestras herramientas eran una grabadora de casete de cuatro pistas y una caja de ritmos.
Es difícil decir cuándo surgió la idea. Nos conocíamos desde tiempo atrás y habíamos tocado ya juntos en un par de bandas. Primero en La Suciedad de las Sirvientas Puercas, con el doctor Fanatik, donde estuvo también Alfonso André; después en Sangre Azteka, con Humberto Álvarez y Bola Domene.
No había un objetivo concreto al empezar esos demos, no existía el plan de formar una banda ni mucho menos grabar un disco. Sólo hacer música. Pero las canciones que iban apareciendo nos motivaban a hacer más y pronto fue claro que tenían un lenguaje en común que las unificaba. "Quémate lento", "El síndrome" y "Elixir de la vida", habían aparecido primero, junto con otras ("La playa", "La rosa"), que luego usaríamos en discos posteriores.
En ellas, Federico y yo oíamos un sonido diferente: el sonido de La Barranca, aunque aún no lo llamábamos así.
Luego vinieron "Reptil", "El cometa", "Akumal" y otras más; yo me sentía como poseído, en medio de un torrente.
Las canciones se iban acumulando y poco a poco la idea de que había que grabarlas se volvió urgente.
Era como si las canciones nos lo exigieran. Pero ¿cómo?, ¿dónde?
Coincidentemente, yo había sido invitado por esos días a Guadalajara por José Fors para grabar algunas guitarras en el primer disco de Fórseps.
Me gustó trabajar en ese estudio con él y con Tuti Perales, quien era productor e ingeniero del disco. Su estudio se convirtió entonces en el lugar posible.
Ahora sólo necesitábamos un baterista. Habíamos pensado invitar a varios que ya conocíamos y nos gustaban para que tocaran en diferentes rolas.
Entre ellos, en primer lugar, a Alfonso André. Pero con todos aquellos con quienes probamos, en ningún caso hubo química total con estas canciones.
Finalmente, llegó el turno para André. En cuanto tocó la canción que teníamos pensada para él nos dimos cuenta de que era el baterista que habíamos estado imaginando todo el tiempo. En un par de días montamos el resto del material con él.
Alfonso disponía solamente de un fin de semana para grabar, así que apartamos el estudio en Guadalajara y nos fuimos para allá un miércoles, con los instrumentos en una combi.
En Guadalajara todo fue rápido, mágico, intenso. No teníamos aún nombre para el disco o lo que fuera.
Teníamos, eso sí, una canción que se llamaba "La barranca". Y fue precisamente durante la grabación de ésta, a media noche del Viernes Santo de 1995, cuando sentimos claramente que entre los tres estábamos dándole vida no a una canción, sino a una entidad que nos sobrepasaba.
Decidimos bautizarla con el nombre de esa canción. Así nació La Barranca. (José Manuel Aguilera es vocalista y guitarrista de La Barranca)
José Manuel Aguilera
El Universal
Sábado 26 de marzo de 2005

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